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Blog de Ivy

La mentalidad ante el cáncer cerebral

Imagine un largo muelle de madera que se adentra en un lago de aguas serenas. Dos botes de Chris-Craft hechos con teca y con un hermoso diseño reposan a cada lado del muelle. Cada uno representa un camino con un resultado diferente. Debe arrojar sus pertenencias y escoger uno sin poder cambiar de opinión más tarde. No puede tener un pie en el muelle y otro en el bote.

Para Jeff Staudt, este escenario refleja la decisión a la que se enfrentó cuando recibió su diagnóstico de tumor cerebral. Un bote representaba rendirse ante el diagnóstico y marcar una fecha de fin en el calendario. El otro representaba la vida y la capacidad de superar cualquier desafío que se pusiera en su camino.

“Tienes que cambiar tu forma de pensar en ese mismo momento”, dice. “Tengo que superar eso. Soy demasiado joven. Tengo una esposa y cuatro hijos. Voy a ser una excepción”.

Jeff creía que este era su destino. No había otro camino, decía. Tomó esa decisión crucial hace ocho años cuando le diagnosticaron un glioblastoma, el tumor cerebral más agresivo y letal. Por desgracia, según las estadísticas, la mayoría de las personas con este diagnóstico sobreviven solo entre 8 a 18 meses.

Jeff reconoce que su historia no tiene el resultado típico que tienen las otras personas que se enfrentan al cáncer. Se siente afortunado y, aunque admite que no tiene todas las respuestas (ni las preguntas apropiadas), sabe que la mentalidad es importante en esta batalla.

Síntomas del glioblastoma que no se deben ignorar

Jeff Staudt

La historia de Jeff y su tumor cerebral comienza a fines de 2015, cuando tenía 44 años. Los primeros síntomas del tumor cerebral fueron mareos leves. Solía perder el hilo de las conversaciones y una vez tuvo que parar su auto mientras conducía porque sentía que se estaba por desmayar.

Finalmente, le volvió a suceder en su casa con su esposa, Aimee, quien insistió en llamar al 911. Antes de que Jeff pudiera protestar, varios bomberos y paramédicos entraron a la sala de estar. Creían que estaba teniendo una apoplejía.

Los paramédicos lo llevaron al hospital más cercano, donde los médicos le hicieron varios exámenes y una IRM. Jeff recuerda sentirse bien y consideraba que todos los exámenes eran innecesarios. Solo cuando una enfermera entró en la habitación y le pidió rezar con él empezó a pensar que se trataba de algo serio.

Le dijeron que tenía una masa en el cerebro. Los médicos sospechaban que se trataba de un tumor cerebral, probablemente uno malo.

“¿Hay uno bueno?”, bromeó Jeff.

Un médico le informó que le quedaban 10 meses de vida y que probablemente no volvería a pasar otra Navidad.

“Las estadísticas para esta cosa, si las ves, no son muy alentadoras”, comenta Jeff.

Jeff se negó a aceptar su destino. Necesitaba a alguien dispuesto a unirse a su lucha.

“Tienes que decidir si quieres absorberlo o no”, continúa. “Debes decidir a qué bote te subes”.

Decidió pedir una segunda opinión en el Barrow Neurological Institute, donde conoció al Dr. Nader Sanai, un neurocirujano de tumores cerebrales mundialmente conocido y director del Ivy Brain Tumor Center. Jeff recibió rápidamente un turno para una craneotomía despierto para extraer el tumor cerebral. Durante la cirugía y bajo anestesia, el Dr. Sanai extrajo parte del cráneo de Jeff para exponer el cerebro. Los médicos despertaron a Jeff y le pidieron que nombre algunas imágenes que veía en una pantalla: una bicicleta, un perro, entre otros. El Dr. Sanai estimuló áreas del cerebro de Jeff para ver si afectaba el reconocimiento de las imágenes. Este proceso ayudó a identificar las áreas delicadas del cerebro para que el Dr. Sanai pudiera evitarlas.

Jeff dijo que recuerda decirle al Dr. Sanai en la mesa de operaciones que era un placer conocerlo y que había escuchado de su reputación estelar. “Sin presión,” dijo Jeff.

Volvieron a dormir a Jeff y completaron la cirugía. A Jeff le contaron que continuó hablando: le comentó al equipo de cirugía sobre su pasión por los Oregon Ducks y las quesadillas.

Jeff Staudt y Jacki Garcia, RN

“Con el Dr. Sanai, Jacki y el resto del equipo, me sentí muy cuidado y sabía que tenía a las mejores y más talentosas personas ayudándonos a mí y a mi familia”, comenta Jeff. “La seguridad y confianza del Dr. Sanai me dio la capacidad de pelear contra esto y ganar”.

Debido a la ubicación del tumor, al equipo de atención de Jeff le preocupaba que la cirugía afectara sus habilidades motrices y su capacidad de hablar. La craneotomía con el paciente despierto se aseguró de que el Dr. Sanai no tocase esas áreas elocuentes del cerebro de Jeff. La cirugía fue un éxito y Jeff no experimentó ningún déficit cognitivo ni físico, ni necesitó terapia.

Jeff le prometió a su familia que volvería a casa luego de la cirugía para celebrar el cumpleaños de su hija y todos se sorprendieron cuando cumplió con esa promesa.

Condicionar a la mente para ganar la pelea

Desde que completó el tratamiento estándar, Jeff se ha hecho exámenes de diagnóstico por imágenes cerebrales con regularidad para detectar signos de que el tumor ha vuelto a crecer. Cuando se presenta para una IRM, bromea con los técnicos y les recuerda que pidió un examen sin cosas raras.

El humor y el optimismo son elementos importantes en el plan de bienestar de Jeff. Cree que su tumor cerebral fue un suceso único, un hecho que le dio la oportunidad de despertar.

“Dios quería que la segunda mitad de mi vida tuviera un impacto más grande que la primera”, comenta.

Jeff cree que la actitud mental es necesaria para alcanzar un objetivo. Cree que su cuerpo es capaz de sanar y mantiene una mentalidad segura y humilde. Repite este mantra 100 veces al día: “Tengo una salud perfecta. Gracias, Dios, por cada célula, nervio, músculo, fibra, desde la punta de mi cabeza hasta los dedos de los pies”.

Además de implementar esta mentalidad, Jeff toma medicamentos anticonvulsivos, usa algunos remedios naturales y sigue una dieta cetogénica que se enfoca en comidas con muchas grasas, pocos carbohidratos y con el mínimo de azúcar. Según Jeff, el objetivo es privar a las células cancerígenas de glucosa para que no vuelvan. Aunque las investigaciones demuestran que esta teoría es limitada, Jeff cree que este método es un pilar de la estructura de su plan de tratamiento.

Jeff desea inspirar a otras personas con tumores cerebrales.

“Tengo un propósito al estar aquí, voy a ayudar a las personas”, dice. “No nos vamos a dar por vencidos. Podemos contra esto”.

Jeff Staudt con su esposa e hijos

Esta historia es solo para información de salud general y no debe utilizarse como consejo, diagnóstico o tratamiento médico. Consulte a su médico o proveedor de atención médica antes de comenzar cualquier protocolo de tratamiento o si tiene alguna pregunta. Esta historia refleja el estado de salud de este paciente en particular en el momento en que se escribió la historia y se tomaron fotografías. Es posible que la condición del paciente haya cambiado con el tiempo.

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