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Fundación para la investigación sobre el cáncer cerebral homenajea el legado duradero de un padre

“Siempre hablamos de los 30 segundos previos”, dice Cynthia. “Los 30 segundos previos a que todo se saliera de control y no pudiéramos respirar”.

30 segundos antes, Rick y Cynthia Oehme hablaban sobre recoger a los niños y preparar la cena, y planificaban con alegría el resto de sus vidas. El médico llegó con una noticia que lo cambiaría todo.

A Rick le diagnosticaron un glioblastoma, que es un tumor cerebral letal. Los pacientes que con este diagnóstico tienen, en promedio, ocho meses de vida después de recibir la noticia. Los Oehme estaban estupefactos, pero Cynthia ya había presentido que algo andaba mal algunos meses atrás. Comenzó a anotar todas las cosas raras en un cuaderno.

Rick Oehme y su esposa, Cynthia

A principios de 2008, Rick, un ejecutivo de America West Airlines reconocido por su amplio conocimiento sobre aviones y su perspicacia, comenzó a tener dificultades con las tareas simples, como recordar las matrículas de los aviones. Durante la cena, no podía sumar la propina a la cuenta. Una vez, en una estación de servicio, Rick no entendió el mensaje en el surtidor de combustible, que le pedía que ingresara su código postal. Llamó a Cynthia para pedirle ayuda y ella le dijo los números y le pidió que volviera a casa. Tenían que ir a la sala de urgencias.

Una IRM reveló un tumor cerebral del tamaño de un limón en el lado izquierdo del cerebro de Rick. Rick se sometió a una cirugía de cerebro con un equipo de cirujanos del Barrow Neurological Institute. La cirugía fue un éxito y se extrajo la mayoría del tumor. Rick comenzó el protocolo estándar de quimioterapia y radiación, y volvió a trabajar apenas pudo. Recibió un apoyo increíble de sus compañeros: entre todos compraron un sillón de segunda mano para la oficina de Rick para que pudiera descansar cuando lo necesitara. Rick estaba decidido a superar su diagnóstico. Además del tratamiento estándar, Rick probó medicina naturopática adicional y fue un gran defensor de la medicina china.

Fue arrollador, recuerda Cynthia, pero, por un breve momento, la familia Oehme sintió que podían manejar las cosas.

“La actitud de Rick desde el principio era que íbamos a hacerle frente a esto”, comenta Cynthia. “Nosotros controlaremos la situación, no ella a nosotros”.

Combatir un oponente formidable

Como suele suceder con los tumores cerebrales, el de Rick volvió dos años más tarde. Se sometió a otra cirugía de cerebro, esta vez con el Dr. Kris Smith en el Barrow Neurological Institute. Para la familia Oehme (Rick, Cynthia y sus hijos, Tanner y Riley) pasar tiempo junto a familiares y amigos se volvió una prioridad aun más importante. Pasaron tiempo surfeando en Maui; Rick y Tanner montaban sus bicicletas en el desierto y todo el tiempo que pasaban en el lago les daba una sensación de normalidad.

Los tumores cerebrales, sobre todo el glioblastoma, tienen índices altos de reaparición. Según el informe estadístico del Central Brain Tumor Registry of the United States, el glioblastoma reaparece en un 90 % de los pacientes.

El tumor cerebral de Rick volvió una tercera vez en poco tiempo. Este tumor alcanzó áreas más delicadas del cerebro y le provocó déficits, como disminución en la vista, dificultad para caminar y la pérdida de la capacidad de leer. Su calidad de vida se vio muy afectada, comenta Cynthia.

Fue ahí cuando, luego de pensarlo mucho y de tener charlas muy tristes con su familia, Rick decidió no seguir con el tratamiento.

“Era su vida y fue nuestro privilegio acompañarlo”, menciona Cynthia. “No nos correspondía a nosotros apropiarnos de él o forzar a Rick a tomar decisiones basadas en nuestros sentimientos”.

Sin embargo, no fue fácil de aceptar.

El hijo de los Oehme, Tanner, los acompañó a la última visita con el Dr. Smith. Rick explicó cuidadosamente sus opiniones sobre no seguir el tratamiento. Tanner preguntó al Dr. Smith: “Si este fuera su padre, ¿qué haría?”

El Dr. Smith contestó: “Este fue mi padre”.

El Dr. Smith cuidó a su padre y lo vio sucumbir ante un glioblastoma. Entendía lo que Tanner estaba viviendo: ver a su héroe pelear por su vida contra un enemigo que deja pocos sobrevivientes. Según Cynthia, la perspectiva única y el incentivo que les ofreció el Dr. Smith fue invaluable.

“Nos sentimos muy apoyados y cuidados”, comenta Cynthia. “No hay nadie en Ivy Brain Tumor Center y Barrow que no tenga una historia profundamente personal y conmovedora”.

Rick falleció en junio de 2012 en su hogar rodeado por su familia. Quienes lo conocían aún sienten su ausencia.

“Es intensamente personal”, confiesa Cynthia. “El cáncer cerebral rompió mi corazón, pero no mi compromiso con ayudar a la próxima familia que se enfrente a esta enfermedad”.

Rick y su hija, Riley

Las intervenciones quirúrgicas y los tratamientos agresivos que recibió Rick en Barrow le dieron más tiempo preciado con su familia y la oportunidad de ver cómo sus hijos, que eran adolescentes cuando recibió su diagnóstico, alcanzaban la adultez. Rick se volvió abuelo cuando Tanner fue padre y vio a su hija, Riley, terminar el colegio secundario.

Por desgracia, la experiencia de la familia Oehme con el cáncer cerebral no terminaría con Rick. Su madre, Lois, fue diagnosticada con un astrocitoma, un tumor cerebral, en 2019 y falleció dos años después. Estuvo casada con el patriarca de la familia, Dick, por 62 años. La familia atravesaba un duelo nuevo.

“Por más difícil que haya sido aceptar que Rick tuviera la enfermedad, volver a atravesar la misma situación con mi suegra fue difícil de comprender”, comenta Cynthia.

La Rick Oehme Foundation

En 2009, antes del fallecimiento de Rick, se hizo evidente que los miembros de la comunidad con cáncer cerebral necesitaban ayuda. La familia creó una fundación sin fines de lucro dedicada a encontrar la cura contra el cáncer cerebral. El objetivo de la Rick Oehme Foundation es ayudar a financiar investigaciones innovadoras sobre el cáncer cerebral. Se enfocaban, sobre todo, en apoyar el trabajo del Dr. Nader Sanai, director del Ivy Brain Tumor Center y jefe de neurocirugía oncológica en el Barrow Neurological Institute. La investigación del Dr. Sanai se enfoca en los ensayos clínicos innovadores en etapa temprana, lo que acelera la evaluación y desarrollo de nuevos tratamientos para pacientes con el tipo más agresivo de cáncer cerebral.

“Es una enfermedad horrible, pero realmente te acerca a las mejores personas”, dice Cynthia.

Conozca más sobre la Rick Oehme Foundation y únase a su misión por encontrar la cura contra el cáncer cerebral. Durante el mes de mayo, mes de concientización sobre el cáncer cerebral, la Rick Oehme Foundation igualará todas las donaciones hechas a la Barrow Neurological Foundation para apoyar al Ivy Brain Tumor Center con hasta $100,000.

Esta historia es solo para información de salud general y no debe utilizarse como consejo, diagnóstico o tratamiento médico. Consulte a su médico o proveedor de atención médica antes de comenzar cualquier protocolo de tratamiento o si tiene alguna pregunta. Esta historia refleja el estado de salud de este paciente en particular en el momento en que se escribió la historia y se tomaron fotografías. Es posible que la condición del paciente haya cambiado con el tiempo.

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